Un libro descubre 16 historias basadas en la vida de la histórica judería de Calatayud
Javier Bona da forma a una obra en la que incluye varios relatos apoyados en datos reales, sacando del olvido a personajes de amplia relevancia.

'La Judería de Calatayud: dieciséis voces entre la piedra y la letra' es el nuevo libro del arqueólogo, historiador y divulgador Javier Bona. Se trata de una obra, según el propio autor, que supone "un viaje imaginado, literario e histórico, a través de los personajes reales que dieron forma al alma judía de Calatayud. Desde sabios, gramáticos, médicos, rabinos, mujeres visionarias, desde copistas de ciencia hasta figuras olvidadas de la historia universal". Son cerca de un centenar de páginas.
Su venta, a través de internet, arrancó hace varias semanas, lo que coincide con la nueva candidatura del Ayuntamiento bilbilitano, para que la ciudad pueda incorporarse a la Red de Juderías de España. Como recuerda el propio Bona, fue la segunda mayor de todo el Reino de Aragón después de la de Zaragoza. Gracias a este trabajo se van a conocer los nombres e historias de estas personas, e incluso una aproximación a los rostros, porque se ha apoyado en la recreación por inteligencia artificial.
En su recopilación, Bona recuerda que de Calatayud era la persona que recibió el primer relato de América: Gabriel Sánchez. También cuenta la influencia de Preciosa Santel, médica, y su marido, un reconocido médico, Tradóz Alconstantini, o Luis de Santángel que fue consejero real y que escuchó y creyó a Cristóbal Colón antes de su partida en el viaje del descubrimiento de América. Sobre esta obra, Bona reconoce que es de "justicia", "porque eran aragoneses y bilbilitanos".
Durante siglos, incide Bona, la judería bilbilitana fue un crisol de saber, espiritualidad y vida cotidiana. En ella vivieron médicos, traductores, comerciantes, botánicos, gramáticos, rabinos y mujeres que sostuvieron familias y creencias. "Algunas lápidas lo atestiguan. Muchos de ellos escribieron su historia con gestos pequeños: copiando un salterio, escondiendo una biblia, rezando un salmo en voz baja…", enumera.
Así, puntualiza que el libro "no es una crónica exhaustiva ni una historia académica". "Es un gesto de memoria. Una ofrenda a quienes vivieron con dignidad, pensaron con profundidad, sufrieron con entereza y soñaron con la libertad. Cada relato se construye con palabras, pero también con silencios. Con datos históricos, pero también con emoción. Con lo documentado y lo que se intuye en los márgenes de los archivos", describe.