Ramón Ferrández, veterinario: “Los perros pueden sufrir un golpe de calor y puede ser muy grave, incluso mortal”
El experto explica que la forma que tienen los animales de gestionar el mantenimiento de la temperatura corporal es muy diferente al de las personas.

El calor extremo puede jugar muy malas pasadas si no se toman las precauciones debidas. Obviamente, es mucho más peligroso para la población de edad avanzada o personas con padecimientos que se agravan por la exposición al sol. En cuanto a los animales domésticos con los que convivimos, requieren igualmente de cuidados especiales cuando el termómetro sube mucho. En el caso de los perros hay algunas acciones concretas de prevención que deben tenerse en cuenta para que nuestras mascotas no sufran.
El veterinario Ramón (Montxo) Ferrández, propietario de Pelos, Plumas y Escamas Veterinarios (Paseo Calanda, 47, Zaragoza) explica que “los perros pueden sufrir el llamado golpe de calor, una patología que consiste en un aumento excesivo de la temperatura corporal cuando fallan los mecanismos de termorregulación; puede ser muy grave, incluso mortal”.
Aumento excesivo de la temperatura del perro
Ferrández aclara que “la forma que tienen los perros de gestionar el mantenimiento de la temperatura corporal es muy diferente al de las personas. No pueden transpirar por la piel como los humanos, así que meten aire seco en su árbol respiratorio, evaporan agua en ese aire dentro de los pulmones y lo expulsan cargado de humedad”.
En ese proceso de evaporar agua en el aparato respiratorio, los animales consiguen bajar su temperatura. “Cuando necesitan bajar mucho o muy rápido la temperatura se inicia el proceso del jadeo, aumentando el intercambio de aire seco-húmedo: así consiguen evaporar más agua y bajar o mantener su temperatura corporal de forma más eficiente. Es un mecanismo automático; ellos pueden pararlo de forma voluntaria para beber o tragar, pero se inicia automáticamente cuando necesitan bajar su temperatura rápido”.
Ese jadeo no significa necesariamente que el perro tenga sed. “Por eso -explica el profesional- suele ocurrir muy a menudo cuando el animal queda encerrado dentro de un coche sin ventilación suficiente y hace calor. A ese calor excesivo se suma que el aire del interior del coche se vuelve enseguida demasiado húmedo; al jadear el perro y cargarse ese aire de humedad, el jadeo se vuelve ineficiente y los pulmones no pueden evaporar más agua. Así, el animal no puede bajar su temperatura creando un círculo vicioso de consecuencias muy graves”.
Síntomas de golpe de calor en los perros
Ferrández puntualiza que si ese golpe de calor se extiende en el tiempo, las consecuencias pueden ser fatales. “Esta situación puede llevar al fallo multiorgánico y a la muerte si no se trata a tiempo. Los síntomas pueden ser jadeo excesivo, dificultad para respirar, debilidad, temblores, babeo, encías rojas o pálidas, y vómitos o diarrea, e incluso pérdida de la consciencia. Debemos medir la temperatura rectal del perro con un termómetro o poner el dorso de nuestra mano en la zona de las axilas-ingles del perro. Ahí notaremos una temperatura muy alta, más de 41 grados normalmente. A esa temperatura, la piel quema”.
Cómo actuar en caso de golpe de calor: trucos o remedios
Ramón Ferrández señala que “si detectamos o sospechamos que nuestro perro está sufriendo un golpe de calor, debemos enfriarlo poco a poco. La forma más eficiente es mojar con agua tibia primero y más fría después, y hacerlo de manera progresiva en las zonas por donde pasan grandes vasos sanguíneos: axilas, ingles y parte ventral del cuello. Posteriormente, poco a poco, debemos sumergirlo en agua tibia y enfriar el agua despacio. La cabeza debe quedar fuera del agua, sobre todo si hay mareo o desmayo”.
Otras acciones eficaces son “ponerlo a la sombra, sacarlo del coche si estamos en él, y situarlo en una zona ventilada, donde el aire que respire el animal sea lo más seco posible. Y por supuesto, acudir cuanto antes a un veterinario para que evalúe las posibles consecuencias y administre el tratamiento adecuado”.
Las acciones preventivas pueden evitar al animal y sus dueños este duro trance. “Podemos intentar pasear por zonas de sombra y en las horas menos calurosas del día, mojar las axilas-ingles y cuello ventral de nuestro perro con agua tibia-fresca, mantenerlo hidratado ofreciendo agua fresca a menudo y ponerle un pañuelo mojado con agua fresca alrededor del cuello, sin apretarlo demasiado. Bañarlo también puede ayudar. Y por supuesto, nunca dejarlo encerrado en un coche, ni siquiera a la sombra o con las ventanillas medio bajadas”.